Tuesday, January 27, 2015

Un tembloroso debilucho transformado

Devocional Personal, lunes 1-26-2015  (Mi hogar)

Lectura:            Exodo 14-16              Hechos 2

Escritura:  Hechos 2:25-28  "Porque David dice de ÉL:  Veía siempre al Señor en mi presencia: pues está a mi diestra para que yo no sea conmovido.  Por lo cual mi corazón se alegró y mi lengua se regocijó; y aun hasta mi carne descansará en esperanza.  Pues tú no abandonarás mi alma en el Hades, ni permitirás que Tu Santo vea corrupción.  Me llenarás de gozo con Tu presencia."  

Observación:   El mismo Pedro que negaba conocer a Jesús, ahora estaba parado delante de una multitud, predicando valientemente que Jesús era el Mesías y que estaba ya escrito de que ÉL debía morir y resucitar de los muertos y que la salvación sería para todo aquél que creyera en ÉL.  Algo maravilloso había sucedido en ese hombre Pedro, y al resto del grupo de los 120 hombres y mujeres.  Pedro ya no era aquel cobarde que bajo la presión de una muchachita negó al Señor.  Había venido el prometido Consolador  y estos temerosos, tímidos hombres y mujeres se transformaron en testigos valientes, dispuestos a dar, si fuera necesario, aun sus vidas por su amado Cristo y Su mensaje. 

El Antiguo y el Nuevo Testamento están íntimamente ligados entre sí.  Me maravilla cómo este sencillo pescador, Pedro, podía recitar las Escrituras del Antiguo Testamento.  Aquí está citando parte del Salmo 16.  Selecciona partes centrales del Salmo que se refieren a la resurrección de Cristo.  Pero la primera y la última parte se refieren no solamente a Jesucristo, sino también al mismo Pedro y también a mí.  Mirando hacia atrás a su propio fracaso personal, Pedro puede proclamar en alta voz "Al Señor he puesto continuamente delante de mí; porque está a mi diestra, permaneceré firme."

Pedro estaba aplicándolo este salmo profético a Jesús, pero, al igual que muchos pasajes del Antiguo Testamento, también tiene aplicación a las circunstancias actuales.  

Aplicación:   Me tocan mayormente las palabras del Salmo 16:11 "Me mostrarás la senda de la vida; En tu presencia hay plenitud de gozo; Delicias a tu diestra para siempre.”

El año era 1970, yo estaba viajando solo, predicando en las iglesias de la costa Noroeste de California, y parado en el hogar de unos pastores al lado de la iglesia en la ciudad de Fortuna.  Esa Mañana estaba sentado al órgano de la iglesia, tocando y cantando himnos alabando al Señor solito.  Tenía mi Biblia en español justo delante mío, abierta al Salmo 16.  Toqué un acorde de do menor y comencé a cantar ese maravilloso versículo en español, una melodía fluía como una cascada.  Durante los próximos dos años seguí enseñando esa melodía en unos campamentos de jóvenes e iglesias de Argentina y Uruguay.  Hace poco un pastor del Uruguay me lo mencionó y me dijo que aún siguen cantando eso coro... ¡después de cuarenta años!

Me mostrarás la senda de la vida,
Me mostrarás  la senda de la vida, 
En Tu presencia hay plenitud de gozo; 
Delicias a Tu diestra para siempre,
Delicias a Tu diestra para siempre.  

Por años he aplicado este versículo a mi vida personal, como una promesa de Dios para mí.  Dios me mostrará el camino… la senda de la Vida.  ÉL estará conmigo  permitiéndome el pleno gozo de Su Presencia… y de postre me ofrece una eternidad de delicias cerca de ÉL. 

Oración:  Precioso Salvador, Rey de mi vida, nunca dejaré de estar maravillado de Tu poder para transformar a un debilucho en un valiente siervo de Dios.  ¡Cuántas veces he estado parado delante de una multitud de ansiosos oyentes que esperaban una palabra de Ti, temblando como una hoja en el viento.  Luego abrí mi boca y algo sucedió.  Todo temor desapareció y Tu Palabra comenzó a fluir como una fuente bajo la unción de Tu Espíritu Santo.  Yo sé que no soy nada más que un débil cobarde, Señor Jesús, pero Tú me puedes levantar en Tus manos creativas y hacer algo de la nada.  Cuando contemplo las tres oportunidades de predicar que tengo por delante este fin de semana, me animas… pues reconozco que no estoy solo.  Puedo seguir bajo la unción de Tu Santo Espíritu.  

Rafael.