El servicio en la iglesia ya había concluido, hacía casi una hora atrás. La mayoría de la congregación ya se había ido. Un humilde niño vino a mí y me pidió si podía ver a Felipe. Su familia había llegado tarde, después de que terminé con Felipe y ya estaba predicando.
Para agradar al pequeño saqué a Perfume y a Felipe y una pequeña multitud se reunió para recibir "una segunda bendición".
Esto sucede con frecuencia siendo que muchos padres trabajan largas horas, luego caminan largas distancias para poder llegar a la iglesia. No quería yo que ese niño volviera desilusionado a su hogar, por lo tanto estaba preparado para un segundo show. Creo que Jesús hubiera hecho esto, ¿no piensas así?
Rafael.