Monday, February 13, 2012

¡Me Cortaron el Cuello!

Bueno, literalmente esto es lo que me pasó! El cirujano me tuvo que abrir el cuello y limpiar mi arteria carótida que tenía un bloqueo del 80 al 90%. Esto sucedió hace una semana, el lunes 6 de febrero en el Hospital Memorial de Modesto, California.
Me estaban dando de alta en el hospital el miércoles. La enfermera me preguntó si quería que me diera la vacuna contra la pulmonía y la gripe ya que estaba en el hospital. Yo me sentía bien, y dije: "¿Y por qué, no?" A los pocos minutos me dió una vacuna en cada hombro.

Pienso que quizá no era el mejor momento para las vacunas. El cirujano me dijo que le llamara si mi temperatura pasaba de los 38,3 grados... una indicacón de posible infección. Lo que no se me había ocurrido es que las vacunas posiblemente me podían causar fiebre. Así que por los primeros días en casa estuve luchando con síntomas de gripe y con fiebre, que nunca llegó a los 38,3 grados, pero por ahi andaba cerca.

Palabra final: Todo está de vuelta a lo normal: temperatura, latidos de corazón, presión arterial, lo único que se eleva es mi nivel diario de energías. Excepto esa fea cicatriz, ese bulto al costado de mi cuello, que el doctor me promete que irá menguando hasta desaparecer con el tiempo. ¡Así sea!

La única razón por la cual que se descubrió ese bloqueo en mi arteria carótida fue el pequeño infarto cerebral que sufrí el día de Navidad. El hospital lo descubrió cuando me hicieron toda una serie de estudios, escaneos y IRMs. De otra manera hubiera regresado a la Argentina, con ese bloqueo intacto, que hubiera sido una amenaza escondida para mi salud.

Doy gracias al Señor por estar conmigo en toda esta serie de eventos milagrosos que fueron la causa que se descubriera el bloqueo en la carótida. La Palabra de Dios sigue siendo la verdad: "Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados."

Montado sobre las olas de Sus bendiciones,

Rafael.