Hoy mi nieta, Michelle, cargó un milagro en sus brazos. Estábamos ministrando al aire libre en un barrio en el cual viven familias de recursos reducidos y donde los "Castilleros" ofrecen una clase de la Biblia completa con desayuno todos los sábados por la mañana.
Yo llegué en el auto primero. Michelle vino siguiéndome con el resto del equipo que se paseó por las calles reuniendo a los niños.
Cuando vi a la distancia que Michelle se acercaba con los demás, vi que cargaba a una niñita en sus brazos. Con el lente de zoom le tomé una fotografía. Luego los hermanos misioneros Shari y Kim Babcock nos contaron la historia de esta niñita de dos años, cuyo nombre es Martina. Hace un año Martina se cayó del balcón del primer piso a la dura tierra de abajo. Quedó allí inconsciente hasta que su madre bajó a gritos. Los niños que asisten regularmente a las clases bíblicas al aire libre todos los sábados se reunieron alrededor del bebé y comenzaron a orar. Su madre estaba exasperada cuando los paramédicos levantaron su cuerpito inerte y la pusieron en la ambulancia. Pero los niños le dijeron: "No se preocupe, ya oramos por ella y Jesús la va a sanar." Los médicos la examinaron y tomaron radiografías. Ella recuperó la consciencia y hallaron que estaba perfectamente normal, sin señales de su caída. Cuando la trajeron de regreso del hospital, los niños de la clase bíblica le dijeron a la madre: "¿Por qué se preocupó tanto? Le dijimos que Jesús la iba a sanar".
Esta mañana los niños de este barrio acariciaron a Perfume y se encontraron por primera vez con Felipe.
Durante la historia bíblica no podían quitar sus ojitos de Felipe.
Rafael.