Sunday, October 14, 2012

La Boda

Estoy en el Hotel Parque en la ciudad de La Falda, en las montañas de Córdoba. Tengo un cuarto pequeñito, pero puedo descansar bien.  No tengo WIFI en el cuarto, y tengo que ir a recepción para poder trabajar en la internet.  Esto crea un problema, pues estamos en la convención anual de la Unión de las Asambleas de Dios y por lo menos 200 pastores de los 2.000 pastores, ademas de delegados están parando aquí en este mismo hotel. Cuando trato de trabajar en la computadora en recepción, cada momento alguien que me conoce dice.... "Oh, hermano Rafael!", y con besos y abrazos en la mejilla, traen a relucir recuerdos gratos en su pequeña ciudad.  ¡Qué problema dulce!  Son las 17:40 horas y tengo que apurarme para regresar al servicio nocturno.  El restaurante del hotel no abre hasta las 21:30 para la cena.  Los argentinos cenan tarde.

Tuve mi almuerzo en el hogar de un misionero a la 13:30 después de haber manejado por 4 horas.  Luego manejé otros 30 minutos para asistir a la boda de una deleitosa pareja, Catalina y Matías, destinados a ser líderes entre los Castilleros del Rey, y que ciertamente harán grandes cosas para el Señor.

Ellos pensaban tener su boda al aire libre en el cesped de un pequeño aeropuerto.  Habian erigido un arco y una hermosa carpa blanca con mesas y sillas para la comida después de la boda.  Pero la noche anterior comenzó a llover a cántaros y no ha parado.  Todo se convirtió en barro y una boda al aire libre era imposible.  A último minuto consiguieron alquilar el gimnasio de una escuela secundaria y había que hacer una mudanza.  
Algunos hermanos trataron de armar el arco y por teléfono pidieron ayuda durante la hora de nuestro almuerzo. Lamentablemente lo habían armado mal.  Los misioneros Kim y Shari Babcock fueron corriendo a esta pequeña ciudad y yo los seguí. Aparentamente en toda la ciudad no hay calles pavimentadas, y la lluvia arreciaba... bueno, ustedes se imaginan.  Ayer, cuando salí tenía un coche limpito, pero ahora, 800 km mas tarde, es un espectáculo de barro.  En fin, traté de ayudarles a armar el arco.  Más que otra cosa saqué fotos.  Estaban en una carrera contra el reloj.  La boda estaba anunciada para las 15:17 horas (idea de Catalina, la novia), cuando tuvieron que cambiar de locación también cambiaron la hora para las 15:30.  Todos estábamos vestidos con ropa de gala, pero ahora estábamos bañados en sudor....  El misionero Kim Babcock (es el que está con el taladro) estaba empapado hasta los huesos y todavía tratando de armar el arco a las 15:30.
Se les requería a los novios que primero completaran la ceremonia civil ante la jueza, con anterioridad a la ceremonia religiosa.  Shari Babcok estaba orando que la jueza llegara tarde a las 16:00 porque no estábamos listos, y los "jueces no esperan a nadie" (así va el dicho).  La jueza llegó justo a tiempo para subir al estrado a las 16 horas y ofició muy bien su parte.

El papá de Matías, que es pastor de una de las iglesias del área presidio la ceremonia con su esposa a su lado. Fue realmente una boda maravillosa. Me hallé llorando.  Creo que es la primera vez que me encuentro llorando en una boda. Me estoy volviendo llorón con mis años. Me sorprendí con ver tantos viejos amigos que me saludaron con besos y abrazos.

 
Cuando por fin pude atravesar la multitud para saludar a los novios, Caty me preguntó si había traído a Felipe. Le dije que estaba en su lugar en el baúl del coche.  Ella me dijo que cuando era niña, ella era siempre la primera en correr al frente para ver a Felipe hacer de las suyas cuando visitábamos su iglesia, lo cual sucedía con frecuencia en aquellos días. 

Son las 9:30pm.  Hora de ir a cenar.  

Rafael.