Saturday, May 25, 2013

Contrastes

Hace dos semanas atrás estaba manejando hacia la pequeña ciudad de El Bolson anidada a los pies de los Andes.  El terreno es muy parecido al lugar de nacimiento de mi padre, en un lugar llamado "Mist" en el Noroeste de Oregon, en donde su padre, mi abuelo, William Frank Hiatt, estableció su heredad a mediados de los 1800s. 

Ya están a fines de otoño aquí en la Argentina y los rojos escaramujos de las rosas silvestres  bordean el camino, iluminando el maravilloso paisaje. 

(Haga click en las fotos para agrandarlas).




El pastor Fernando Reyes y su amorosa familia me dieron la bienvenida con una deliciosa comida,  a su pequeño hogar  edificado en la ladera de una montaña, junto a un camino de grava.



Cuando ya no pudo pagar la renta para un pequeño salon cívico en la ciudad, intercambió su auto por un pequeño terrenito junto al río y construyó un pequeño refugio de troncos para su pequeña congregación.  Ellos cuelgan sábanas en las paredes para impedir los helados vientos antárticos nocturnos, que se filtran por todas las hendijas de los troncos.



Uno tiene que rendirles honor a su fidelidad.  Fernando trabaja como plomero para sostener su familia, mientras que al mismo tiempo intenta levantar una congregación.  

Veintinueve personas, incluyendo el pastor y su familia vinieron en la helada noche del viernes.  ¡Cuando cuento... yo siempre incluyo los niños y bebés!  ¿Y por qué no?  Pienso que Jesús lo haría.

Ahora, dos semanas más tarde, estoy yo aquí rodeado de "opulencia", frente a mi computador, en mi cómodo hogar en Modesto, California.  Y ¿qué pasa conmigo? Ya comienzo a añorar en mi corazón, deseando de poder volver pronto.  

Me las arreglo para salir de la Argentina, pero no puedo sacar a la Argentina de mi corazón.

Rafael.