Thursday, May 30, 2013

Caminata en las Sierras Nevadas


 El lunes 27 de mayo, fue el día feriado, el recor-datorio de los muertos por la patria en EEUU.  Mi hijo Tim y nieto Evan, tenían necesidad de salir y respirar el fresco aire invigorante de las montañas, y me invitaron que los acompañe.  ¿Cómo podia yo resistir?

Nuestro destino eran las Cascadas Wapama, cerca del Lago Hetch Hetchy en las Sierras Nevadas al norte del Valle de Yosemite.  Salimos a las 7:30 hs.  A las 10 pudimos divisar a lo lejos la catarata al borde de nuestro empinado camino de montaña.


Mientras Tim y yo estábamos contem-plando el hermoso paisaje, mi nieto, "el  Poderoso Hombre Evan", que ya tiene casi 16 años, estaba ocupado en partir esta roca por la mitad. ¡Tengan cuidado los que pasan por debajo!


Llegamos al dique a las 10:30 hs.  Era un hermoso día para caminar, no hacía ni frío ni calor.

Este lago suple agua potable para la ciudad de San Franciso, que está a 320 kilómetros al oeste.  (Haga click en la foto para agrandar y puede ver la cascada que cae a la distancia cruzando el lago.)
 


La caminata de 4 kilómetros hasta la cascada nos lleva al otro lado del lago a través de este túnel.  Tim lleva su cámara de alta calidad y su trípode consigo por todos lados.  Yo uso mi pequeña Panasonic Lumix.


 Un descanso en la sombra del camino... sacado por la cámara de Tim y su trípode.  



Ya saben... los monos no pueden resistir los árboles....


Evan aparecía por todos lados al mismo tiempo, subiendo la montaña, o sobre una roca alta contem-plando el lago.

Si la caminata no le quitó el aliento, el hermoso escenario sí se lo quita, le deja boquiabierto.


Aquí la ven, una roca perfecta para echarse una siesta... tiempo suficiente para tomar una foto.


Nuevamente, el "Poderoso Hombre Evan" haciendo sus demostraciones.


Al lado del camino un lagarto de unos 30 centímetros de largo estaba haciendo sus flexiones matutinas.  Sus colores parecen imitar los de la roca.



Finalmente llegamos a nuestro destino.  Era un rugiente torrente salpicando por todos lados.



Por alguna misteriosa razón, la caminata de regreso, subiendo y bajando por la misma sinuosa senda, parecía más larga.

Con todo eso, mi corazón estaba lleno de gratitud al Creador por la majestuosidad del paisaje y por el privilegio de poder compartir con mi descendencia estos maravillosos senderos y poder respirar el puro aire montañés.  Llegué a mi hogar en Modesto casi exactamente 12 horas después de haber partido. 

Dios tiene tantas maneras maravillosas de llenar mi vida de aventuras de distinta índole.  Gracias Jesús por 81 años de Tu "Vida Abundante" (Juan 10:10).

Rafael