Esta semana pasado
tuve el privilegio de unirme al maravilloso equipo misionero en la Argentina en
su reunión anual. Todas las familias vinieron de localidades distantes
para pasar juntos tres preciosos días ... juntamente con los Directores del
Area Mike y Dodey Files.
Era una doble bendición, porque nuestros buenos amigos y
ex-misioneros a la Argentina, Paul y Betty Brannan, vinieron de visita.
Tanto Mike Files como Paul Brannan (a la derecha) nos
desafiaron con conmovedores mensajes devocionales.
Como familias misioneras era edificante poder sentir el
latir del corazón de cada uno y compartir las cargas en oración.
El sábado fuimos todos a una estancia turística y
disfrutamos de un día especial de divertirnos y entre-tenernos. Felipe demostró
su habilidad equestre y decía: "¡Mírenme a mí, mírenme!"
Yo por mi parte me ejercité en un tractor, pero no pude
pasar el examen. Mejor me vuelvo a lo que sé hacer: predicar.
Luego hubo un delicioso asado criollo, y un show tradicional
de gauchos con danzas y excelente música criolla.
En un momento dado la paisana danzante se bajó de
la plataforma, y ¿adivinen a quién escojió como pareja? Pues a mí! Muy pronto descubrí sin embargo que tengo dos pies izquierdos... Ja, ja,
ja!
Hasta Felipe se le ocurrió entrar en escenario, por supuesto
por demanda de los misioneros. Hubo turistas presentes de varios países,
de la India, Europa y otros países.
Por supuesto que Felipe hizo lo que mejor sabe hacer:
cantar de su Amigo Jesucristo.
Luego salimos afuera para presenciar a una demos-tración de los gauchos a caballo. Una de las más desafiantes es el juego de "La
Sortija". Un anillo de tamaño casamiento está suspendido de una barra
horizontal a unos 3 metros de altura. Los gauchos se acercan a caballo a toda
velocidad y con un palito del tamaño de un lápiz tratan de ensartar el
anillo. Si lo consigue recibe un beso de alguna dama de su predilección entre su audencia. Si es casada... el esposo puede besar al caballo... Ja!
También hicieron el juego de la "boleadora", en el
cual tienen que voltear un ñandú (un ave parecida al avestruz africano, pero
más pequeño).
Ellos tiran una boleadora (tres bolas de piedra forradas en
cuero y amarradas a una soga de cuero). Mientras cabalgan a toda velocidad tras el
ñandú para enredar la boleadora en las patas. Pero en este caso era un ñandú imitación, y era
fácil capturarlo. ¡Pero imagínense lo que es cuando el ñandú corre a casi 60 Km por
hora!
Fué un hermoso, fresco día otoñal, soleado, lleno de
diversiones y agradable compañerismo.
Muchas gracias, Jesús amado!
Rafael.
