Exactamente hoy, 26 de mayo, hace 49
años atrás, Frances y yo, juntamente con nuestros tres pequeños muchachitos:
Ronny de 10 años, Timmy 8 y Mikey 6, arribamos por barco al puerto de
Buenos Aires.
Durante
1963-64 Habíamos ministrado en Estados Unidos en más de 200 iglesias para
levantar nuestro sostén para nuestro futuro alcance misionero. Teníamos
el apoyo de estos tres poderosos cantantes que sabían algunas canciones en
español e inglés.
Ya al
llegar en barco, habíamos pasado un año 1964-65 estudiando español en Costa
Rica.
Recuerdo
bien que estábamos parados en la borda del barco y pudimos saludar a los
hermanos misioneros Dick y Sharen Ellis y sus tres hijitos, y las misioneras
Pansy Blossom y Ruth Couchman, junto con otros que venían a recibirnos parados
abajo en el muelle. (En aquellos días tomábamos diapositivas de todo y
estoy seguro que estas fotos diapositivas están guardadas junto con otras
miles.)
La
misionera Pansy Blossom nos recibió y nos condujo por casi una hora hasta
Temperley por medio del intenso tráfico bonaerense. Creer o no, en 1965
no hubo ni un solo semáforo en toda Buenos Aires! Sufrimos espanto de los
camiones y autobuses que parecían venir encima de todas las direcciones.
Nos alojamos con Pansy y Ruth por unas semanas hasta que alistaron la
casa que habían alquilado para nosotros.
Muy pronto
aprendimos caminar desde la casa de las hermanas Pansy y Ruth hasta el
Instituto Bíblico Río de la Plata (IBRP), que eran como unas 15 cuadras.
Sin embargo las calles de Temperley con su colindante Lomas de Zamora,
son algo confusas en razón de varias calles diagonales. Un día fuimos
caminando con nuestros tres muchachos desde la casa hasta el IBRP.
Probablemente
estábamos muy ocupados, pero el caso es que el pequeño Mikey (6 años) decidió
que quería regresar solo a casa de la "tía Pansy". Nosotros no
nos enteramos de esto. Pero en el camino se equivocó y de pronto se encontró en
el centro de Lomas de Zamora parado en una esquina llorando.
Una muy
amable señora se dio cuenta de lo que pasaba y le preguntó dónde vivía.
Todo lo que Mikey sabía era el nombre de Pansy Blossom. Esta señora
buscó el nombre en la guía de teléfonos y lo llevó a la casa.
A no ser
por la milagrosa intervención de Dios, esto hubiera podido terminar en una
tragedia mayor. En aquellos días era prácticamente imposible poner su
nombre, dirección y teléfono en la guía telefónica. Tenía que tener un
comprobante de que era titular de la propiedad y había una demora de hasta
nueve años para que se le instalaran un teléfono. De todos los misioneros
que había en la Argentina en ese tiempo, ¡creo que Pansy era la única
que estaba en lista en la guía telefónica!
Hey, Mike, pudiera ser que
terminaras como Mikey González, criado por alguna familia argentina.
Todavía
te andaríamos buscando, y hoy, 26 de mayo 2014, ese terrible pensamiento aún me
sumerge en lágrimas. ¡Esto es prueba que soy un llorón. Aún lloro
pensando en algo que nunca sucedió!
Dios es
bueno. Mandó su angel y se ocupó de mantener unida nuestra familia.
Tu
amante papá,
Rafael