Saturday, January 24, 2015

Y tú, mi hijito

Jueves, 1 de enero 2015, desde Modesto, mi hogar en California

Génesis 1 y 2; Lucas 1.

S:   Lucas 1:76-77 "Y tú, mi hijito, serás llamado profeta del Altísimo: ; porque irás delante del Señor para preparar sus caminos: para dar a su pueblo el conocimiento de la salvación por el perdón de sus pecados.  

O:  Zacarías estaba profetizando sobre este pequeño bebé, Juan ... que llegaría a ser conocido como Juan el Bautista.  Con tierna voz contempla a este pequeño bebé y ve lo que otros no pueden ver... porque Dios le ha dado la visión espiritual.  

A:  A mí me parece que hay algo precioso acerca de este momento.  Un padre anciano, con suficiente edad como para que fuera abuelo, arrulla a su hijo recién nacido en sus brazos y mira hacia el cielo.

¿Qué es lo que mis padres vieron cuando vieron este pequeño bebé hace exactamente 83 años atrás ayer?  ¿Oraron sobre mí?  Estoy seguro.  ¿Vieron algo especial en mí?  No lo creo. Más bien probablemente estaban muy preocupados por lo que vieron.  Mi madre me contó que tenía un extraño tumor externo colgado en mi cabeza delante de mi oreja izquierda.  Nací en una casa alquilada en el segundo piso, probablemente con la ayuda de una partera.  En aquellos días el doctor vendría a la casa y me dicen que tomó una herramienta y cortó el tumor del lugar en que estaba adherido solo por una sección de cartílago.  Hasta el día de hoy tengo rastro de eso, apenas notable es un pequeño puntito, delante de mi oreja izquierda.  Por cierto que yo no era un bebé demasiado atractivo para llamar la atención de nadie... pero tenía una madre y un padre que oraban por mí y seguramente me levantaban en sus brazos para invocar la bendición de Dios sobre mi vida.  

P:  ¡Oh, Señor!  Tú me sacaste del vientre de mi madre sabiendo lo que mis padres aún no podían saber.  Les permitiste ver a esta pequeña imperfecta criatura.  Quizá tú les ayudaste a olvidar de mis fallas, y solo contemplar la esperanza de un futuro.  Dudo de que me hayan considerado como futuro predicador o misionero.  Ellos estaban preocupados por criar cuatro, más tarde cinco hijos durante esa época de terrible depresión económica.  Pero estoy seguro que sus oraciones y bendiciones y su tierno cuidado por este pequeño niño sin atractivos, me moldearon a ser un muchachito y más tarde en un adolescente que a pesar de sus muchos defectos quería conocerte.  

¡Gracias, Señor, por Zacarías y Elizabeth ... y gracias por mis padres Lester y Raquel Hiatt, que oraron por mí cuando era un pequeño bebé.  Me dedicaron a Tí, mi Dios.  Tú ya sabías entonces que un día yo tendría el privilegio, como Juan el Bautista, en las palabras de Zacarías, "para dar a su pueblo el conocimiento de la salvación, por el perdón de sus pecados".  ¡Cuánto te alabo por esto Señor!  Amén.

Rafael