Saturday, January 24, 2015

Ven a la Fuente

Modesto, Diciembre 31, 2014 (Mi 83 Cumpleaños)


Lectura:  Apocalipsis 19-22


Escritura:  Apocalipsis 22:17 "Y el Espíritu Y la Esposa dicen:"Ven.  Y el que oye diga: Ven.   Y el que tiene sed, venga; y el que desea, que tome gratuitamente del agua de la vida."


Observación:    Mientras leo esta invitación final de la Santa Palabra, me vienen inmediatamente a la mente tres porciones de la Escritura.  En el Salmo 42:1-2 el salmista escribe: "Como el siervo anhela las corrientes de agua, así suspira por ti, oh Dios, el alma mía.  Mi alma tiene sed de Dios, del Dios viviente; ¿cuándo vendré y me presentaré delante de Dios?"  Isaías escribe Isa. 55:1 "Todos los sedientos venid a las aguas; y todos  los que no tenéis dinero, venid, comprad y comed.  Venid  comprad vino y leche sin dinero y sin costo alguno."  Y Jesús hablando a la mujer samaritana junto a la fuente en las afueras de la aldea de Sicar en Juan 4:10 le dice:  "Si tú conocieras el don de Dios, y quien es el que te dice: "Dame de beber", tú le habrías pedido a ÉL , y ÉL te habría dado agua viva."  


Aplicación:   Yo no pretendo comprender todas las detalladas profecías del Apocalipsis de Juan.  Quizá lleguemos a la plena comprensión cuando estas profecías se hayan cumplido o estén en el proceso de cumplirse ante nuestros ojos.  Pero me emociona que este libro, lleno de amenazadores terrores y gloriosas alabanzas ha sido puesto al final de la Sagrada Compilación de libros divinamente inspirados, termina en sus palabras finales con una abierta invitación para sus lectores.  Ven.  La puerta está abierta.  Las aguas vivas te esperan para calmar la sed de tu sedienta alma.  


Oración:  Señor Jesús, mientras leo esto me doy cuenta que esta invitación no es solamente para las almas malditas que se están muriendo allá afuera de sed espiritual.  También es para mí. Necesito tomar de esta fresca agua de vida.  Sin Tí no puedo sobrevivir.  Jesús, Tú me estás llamando.  Tus brazos abiertos me están invitando, Tú eres mi Fuente de Agua Viva.  Y Tú me estás llamando.  Oigo tu dulce advertencia:  "No te envuelvas tanto en tus diarias situaciones, que te olvides de beber de la Fuente de Agua Viva.  Te estoy esperando. Ven.  Entra.  ¿Acaso no eres tú uno de los sedientos?  Ven, pues... el que quiera venir... venga... ven y cae en mis abiertos brazos, ven y dejaré que bebas nuevamente de la Fuente de Agua de Vida, sin precio."  SEÑOR, parece demasiado generoso, pero no esperaré ni un momento más.  ¡Ahora mismo voy corriendo a través de la puerta abierta a tus amantes, extendidos brazos!  Amén.   


Rafael.