Días atrás en el viaje de retorno de Sacramento, mi radio vino a parar en una estación de música "country", y porque estaban usando una guitarra Hawaiana de trasfondo, me puse a escuchar, porque siempre me gusta aprender el estilo de otros músicos. Bueno, la triste canción decía: "Ella me abandonó, esta vez sin lágrimas en sus ojos, y ahora, aquí estoy sentado, en los escalones del frente de mi casa, mirando tristemente por la senda por la cual se fue, y me pregunto si es que alguna vez volverá". De pronto las palabras del canto me tocaron duro, porque sé que de ninguna manera mi amada ha de volver. Estaba cerca del cementerio donde Frances está sepultada, y con la triste canción resonando en mi mente, me salí de la carretera y fui una vez más a visitar su tumba.Me arrodillé en el húmedo césped y lloré ríos. Luego me puse a orar en lenguas en el Espíritu y adoré a mi maravilloso Jesús, que me ha sostenido fielmente durante todos estos diez meses. Y comencé a cantar: "Habla, Oh Dios. Háblame. Tócame con brazas de tu altar. Habla, Oh Dios. Háblame. Heme aquí yo iré a tu llamar.” Una vez más le prometí que buscaré su dirección y le seguiré de vuelta a la Argentina o dónde quiera que Él indique que yo vaya. Tengo comprado y reservado mi boleto. Dios mediante llegaré a la Argentina el 24 de agosto, y no espero regresar a California hasta mitad de Diciembre..
Parece tan triste, pero eso es la realidad. Ella no va a regresar. Pero, ¡GLORIA A DIOS! ya pronto me encontraré con ella a los pies de Jesús.
Y te espero ver allí también.
Rafael
Salmo 30:5 “Las lágrimas caerán durante la noche, pero la alegría vendrá a la mañana.” RHV