Monday, August 1, 2011

Aventura en el Lago Volkar La Kanoa

Jueves pasado, Julio 28, mi hijo Tim y mi nieto Evan, me invitaron a acompañarles a una aventura en un lago. Manejamos por 2 1/2 horas adentrándonos por las Montañas de la Sierra Nevada en el Lago Utica, uno de los tanto lagos en esta zona de paisajes espléndidos. Lanzamos la canoa y exploramos el lago por un lugar donde acampar en una de las islas.
Hallamos un lugar hermoso, levantamos nuestra carpa y luego retornamos por un kilometro y medio remando a través del lago para traer el resto de nuestro equipo.
Cargamos todo en una balsa inflable, apilando recipientes con comida, bolsas de dormir y sillas y mesa, amarrándolas con seguridad. Parecíamos la versión acuática de los “Hollywood Hillbillies” mientras remolcamos la balsa con la canoa... los tres remando arduamente hacia nuestro "hogar en la isla". Era una noche de encanto.
Tim nos hizo unos sandwiches que devoramos mientras nos sentamos a contemplar la maravillosa puesta de sol sobre el lago. La esposa de Tim, Cheryl, nos había preparado y empacado deliciosas comidas con todos los aditamentos.
La segunda noche tuvimos choclo carne asada, calabaza y papas, todo asado a fuego abierto, todo esto con unos bifes estilo Nueva York. ¡El aroma era sencillamente apetitoso! Tim tiene un invento para la parrilla en cual uno pone los bifes en una parillita doble que se cierra y tiene los bifes adentro, y son fáciles de voltear mientras se asan. ¡Qué delicia! El viernes exploramos toda "nuestra isla", a través de densos bosques, trepando por inmensas rocas y disfrutando de paisajes incomparablemente impresionantes.

Todo fue bien, hasta que... Bueno, siempre tiene que haber un hasta que. Cargamos la canoa para llevarme de vuelta hasta mi automóvil para regresar, mientras que Tim y Evan quedaban otra noche. Tim y Evan estaban en la canoa, con mi equipaje y listos para remar de vuelta el kilómetro y medio hasta mi automóvil. Puse un pie en la canoa y di un empujón para alejarla de la playa, cuando perdí el equilibrio, y la canoa se volcó con todo su contenido al lago, nosotros siendo parte del contenido ¡Era como para morirse de risa! Tim pronto agarró mi maleta a tiempo para salvar mi Biblia de daño. Mi devocional diario personal ahora se ve "auténticamente antiguo" como si hubiera llorado sobre él. Descubrí que el agua no era tan fría como yo pensaba, pero me apuré a salir de ella, pues tenía mi cámara digital puesta en el cinturón, y como muchas de sus antepasados, a las cámaras digitales no les gusta el bautismo por inmersión. ¡Ja!

Cuando llegué a mi casa la desarmé y la tengo en una bolsita de plástico, llena de arroz, para ver si consigo que se seque. Por gracia pude salvar las fotos que no sufrieron daño. Esperemos que mi cámara se reponga del chapuzón.

A este lago le he dado un nuevo nombre al estilo Rafael: "Lago Volkar La Kanoa." ¿Te gusta? (Haga click en las fotos para agrandarlas)

Rafael