Monday, October 10, 2011

Conferencia UAD 2011 Mendoza

Les presento a Enrique Strohschein, Presidente Nacional de la Unión de las Asambleas de Dios en la Argentina, un verdadero hombre de Dios, con su esposa Irma. Él es famoso por su insistencia de que todos nosotros debiéramos "pasar por lo menos una hora por día en oración". La conferencia nacional fue un evento emocionante con grandes predicaciones. Los mensajeros eran Superintendentes de las Asambleas de Dios en Colombia, España, Perú y Argentina.
Fueron tantas las personas que preguntaron por Felipe, que le asignaron un tiempito en la última noche. Luego nuestro superintendente (presidente) nacional nos ministró a 2,000 de nosotros con un poderoso mensaje respaldado por muchas referencias a la palabra de Dios... cosa típica de su predicación.
La siguiente noche del sábado 8 de octubre, tuve el privilegio de ministrar en la iglesia de San Martín, donde están remodelando la antigua iglesia. Tanto los niños como los adultos se regocijaron con Perfume y con Felipe. Luego fueron igualmente atentos al ministerio de la Palabra. Fue en ese mismo edificio en el año 1965 que yo presencié a una joven de 18 años, que no sabía nada de inglés, adorar a Dios en perfecto inglés por casi 30 minutos mientras estaba recibiendo el bautismo en el Espíritu Santo. ¡Qué maravilla de SU poder!
El domingo 9 de octubre, ministré en la ciudad de Rivadavia con el Pastor Omar Coronel en su hermoso nuevo santuario, que habían dedicado dos días atrás. Estaba allí el padre del pastor, Ernesto Coronel. Para mí esto fue un momento precioso. Este hermano nos recibió en su hogar cuando recién llegamos a la Argentina.


Unos segundos antes de tomar la fotografía su hijo, Pastor Omar Coronel, había comentado que los dos de nosotros sentados en primera fila, le hacían recordar de Belgrano y San Martín. Fue un momento de pura risa.
¡Qué iglesia grandiosa! La juventud estaba al frente en entusiasta adoración.... y al final del servicio todos estaban al frente de rodillas ofreciendo algo importante al Señor, y recibiendo algo mejor en cambio. ¡Oh, cuánto desearía yo de ver a todas nuestras iglesias regresar a los "servicios del altar" en donde de rodillas frente Dios suceden cosas maravillosas que cambian las vidas!

Rafael.