Las encantadoras notas de la guitarra hawaiana flotaron suavemente por la brisa de la tarde atrayendo la atención de unos cuantos jóvenes interesados.
Como siempre, Perfume el zorrino y Felipe hicieron de las suyas para los niños. Perfume casi quedó sofocado por el amor de las manitas que surgieron de todos lados para tener el privilegio de acariciarla.
Me resultó muy fácil predicar mientras las personas estaban escuchando con intensa atención.
Cuando hice el llamado al altar recogí mi acordeón y canté el viejo coro, "Hay lugar al pie de la cruz. Para tí lo guardó Jesús. Quiere darte perdón. Dale tu corazón. Hay lugar al pie de la cruz." Y vinieron... sin temor, aun con muchas ansias.... ansiosos de tener un encuentro con Jesús al pie de Su cruz.
En muchas ocasiones Dios me ha concedido el privilegio de retornar a estos lugares después de décadas, para poder presenciar el increíble "fruto que permanece para siempre". ¡Qué Salvador tan glorioso!
Muy temprano en mi ministerio, cuando aún estaba en la Escuela Bíblica, hice un frustrado esfuerzo de predicar a los perdidos en el "Victory Servicemen's Center" en Longbeach, California. Sabía que había fracasado miserablemente y era cierto. Pero aun así, 30 jóvenes marineros se pusieron de rodillas llorando buscando salvación. Esa noche cambió mi vida... porque comprendí que aunque el mensajero fracase en la entrega del mensaje, es el "mensaje" mismo que trae el poder para salvación.
Necesito que oren por mi, porque esta noche nuevamente voy a predicar bajo las estrellas en una plaza de la ciudad de La Rioja... esta vez con Pastor Alberto Ferrando.
Rafael
