Mi corazón rebosa de gozo tanto es así que apenas puedo ver la pantalla del
computador por las lágrimas.
Hoy es martes, 15 de noviembre. Me levanté a las 5:00 a.m. para el viaje de dos horas desde Tucumán hasta Metán, Salta. Mi primera oportunidad de ministerio fue a las 9 horas, donde más de 300 exitados niños me esperaban, desde el infantil hasta el séptimo grado de una escuela pública... seguida por una corta entrevista televisada con Felipe. Desde allí seguí adelante hasta otra escuela pública a las 11 horas para ministrar a unos 60 alumnos de cuarto grado. Tuvimos un tiempo de merienda y un descanso de 45 minutos, para luego ministrar a otro grupo de 300 alumnos en una escuela pública y a las 17 horas otro grupo de 300 alumnos en otra escuela. A las 18 horas me llevaron a un centro de detención para ministrar a tres jóvenes adolescentes. Rodolfo es un muchacho de 14 años de muy buen aspecto. Domingo y Faustino tienen 17 y la apariencia de quienes han tenido una vida dura. Ninguno de ellos estaba muy sonriente. Los tres prestaron intensa atención a mi historia bíblica con Felipe, y luego pude ministrarles informalmente, llevándolos a los tres y a dos guardas de la policía a aceptar a Jesús en la oración del pecador.
Regresé a mi auto con los dos pastores que me acompañaban y abrí el baul del auto para poner allí la valija con Felipe y mi acordeón... pero me hallé impedido por mis sollozos, con el baul abierto incapaz de poder ver a través de mis copiosas lágrimas. Mi corazón estaba quebrantado por esos tres jóvenes adolescentes. El Pastor Carlos Arancibia, que ministra semanalmente en ese lugar, me prometió que les daría a cada uno de ellos una copia del libro de Nicky Cruz,"Corre, Nicki, Corre".
Pero ahora ¿Qué es lo que me hace llorar de gozo hoy aquí delante de la computadora? Simplemente es el privilegio que Dios me da de poder ministrar a tantas vidas jóvenes con el mensaje del amor de Cristo y esa maravillosa oportunidad de un nuevo comienzo. Tengo que irme ahora para el servicio nocturno... Hoy cuatro eventos emocionantes en las escuelas públicas, una entrevista televisada, el Centro de Detención de Juveniles y finalmente el servicio en la iglesia. ¡Un día maravilloso!
¡Regocijáos conmigo!
Rafael