Nunca me consideraba como un evangelista de niños. Sé que hay quienes que se dedican completamente a este digno ministerio. Pero yo, sí, amo a los niños y el Señor no cesa de darme oportunidades de ministrarles. El jueves pasado me regocijé nuevamente del privilego de ministrarles en la gran escuela de Sacramento "Capital Christian School" con los de jardín de infantes hasta quinto grado. ¡Qué bendición de poder tocar esas pequeñas vidas!
Por medio de la invitación de mi amigo el Reverendo Jim Wallace pude ministrar ayer y hoy en la iglesia "Santuario Cristiano" Asamblea de Dios en la ciudad de Salinas, California. Pastor Jim es el director de su escuela primaria. El servicio del domingo por la mañana estaba más bien dirigido a los jóvenes y adultos.
Lunes por la mañana, pude ministrar a un hermoso grupo de niños de la "Salinas Christian School" desde pre-escolares hasta grado 5.
Se enamoraron de Perfume y de Felipe y respondieron muy bien al mensaje.
Tanto en Sacramento como en Salinas se me perdieron las mejores oportunidades de sacar fotos, porque la persona que se quedó con la cámara me la devolvió después del servicio. En ambos casos los chiquilines se reunieron a mi alrededor, prendidos de mis largas piernas, abrazándome y haciéndome mil preguntas. Y esta mañana, en Salinas, después que la mayoría de los niños habían retornado a sus clases, los alumnos del 3er grado se reunieron a mi alrededor todos abrázandome y inundándome de amor. No tuve una foto de esa escena, pero le di la cámara al pastor Jim, y posaron para una foto conmigo y su maestro, Gary Sawyer. Años atrás, cuando estaba enseñando a maestros, coloqué dos velas en la mesa y las prendí. Una vela larga y otra cortita. Luego declaré a los futuros maestros: "Una de estas velas representa a los niños que estamos enseñando, y la otra a los adultos." Luego les pregunté: "¿Cuál de estas dos velas representa a los niños?". Inmediatamente alguien apuntó a la vela cortita, pero estaba equivocado. La vela cortita me representa a mí, porque muy pronto mi vida se acabará. Estos niños son como la vela alta que tienen toda su vida por delante para iluminar su mundo con el amor de Jesús.
Rafael.