Yo tenía un hermano mayor. Su nombre era Melvin. Era un estudiante de primera, con la nota más alta. Yo llegué 11 años más tarde a la misma escuela. Los maestros que le habían enseñado a él, le recordaban y eso para ellos era gran cosa. Decían: "¡Aquí viene otro Hiatt!" Sé que los desilusioné. Mel era altamente disciplinado. Yo era nada más que "un tiro al aire". Me costaba seguir las pisadas de mi hermano mayor.
Yo tenía un hermano mayor. Su nombre era Melvin. Lo más importante que yo sabía de él, es que él era un cristiano genuino. Cuando yo tenía como 10 años, se inició la Segunda Guerra Mundial, y mi hermano se incorporó a la Marina de Estados Unidos. Mamá nos leía sus cartas. Ellas comprobaban vez tras vez cómo él mantenía su testimonio cristiano, mientras otros se burlaban de él y cómo Dios lo cuidaba y guiaba sus pasos. Por un tiempo sirvió como Capellán Asistente y tocaba el órgano. Luego Estados Unidos le pagó sus estudios en la Universidad Purdue, para estudiar ingeniería aeronáutica. Se graduó justo cuando terminó la guerra. Me acuerdo que esperé parado en la calle frente mi casa por horas mirando a la distancia esperando que apariciera su Buick 1939. Esa noche Mel durmió conmigo en mi cama en el altillo. Yo tenía como 14 años. Hablamos mucho. Ël estaba muy preocupado por mi alma. Quería saber si yo era un cristiano verdadero. Me preguntó cómo es que yo sabía. Le dije que no se lo podía explicar, pero llorando le dije: "¡Todo lo que sé, es que lo sé, eso es todo!" (Yo siempre lloraba con facilidad). Mel estaba entusiasmado acerca de una hermosa muchacha que había encontrado en Indiana: Ruth Alice. Me mostró las fotos y me contó todo acerca de ella mientras estábamos en la cama, y que se iba a casar con ella.
Yo siempre quise ser como Mel...
seguirle a él como él seguía a Jesús. Años más tarde llegamos a
conocernos mejor, a pesar de que nuestras sendas se cruzaron muy poco.
Todavía tengo un hermano mayor.
Su nombre es Melvin. La
semana pasada a los 91 años de edad se mudó a su nuevo hogar en el cielo.
Hoy en su iglesia en Seattle están celebrando su vida y su ministerio.
Aquí estoy a 10,000 millas de distancia en la Argentina, y no podré
asistir. Pero un día, no muy lejano, me voy a reunir con Mel nuevamente.
Le voy a dar un grande y fuerte abrazo argentino y tendremos mucho
tiempo para conversar!
¡Te veré pronto, Mel!