Sunday, June 17, 2012

Otra Nueva Iglesia Floreciente

Esta noche estuve ministrando en una nueva iglesia que se comenzó recién hace tres años en Merlo, un suburbio de Buenos Aires, en un edificio alquilado, que está a unas 10 cuadras de otra iglesia que yo ayudé a levantar con mucho esfuerzo, trabajando a la par del pastor, construyendo un santuario durante una campaña de reuniones en la carpa que duró 20 meses.  De esto ya hace 34 años atrás.   A diez cuadras una iglesia de la otra, y ambas están floreciendo. 
Esta nueva iglesia es una nieta de la iglesia que plantamos en 1973-76 en el Barrio de la Boca.  Esa iglesia madre quizá no tiene más de 500 miembros, pero tiene muchas iglesias "hijas" siendo que más de 87 pastores y pastoras han salido de esa iglesia hacia la obra.  La verdad es que 87 era el número hace 5 años y desde entonces Pastor Jose Manuel Carlos dice que dejó de contar.  Varias de las muchas iglesias "hijas" han crecido hasta llegar a ser "mega-iglesias" con decenas de miles y ahora las iglesias "hijas" han engendrado varias iglesias "nietas" a través de todo el país y en varios países extranjeros. Estaré ministrando en dos de estas iglesias "nietas" y en por lo menos una de estas mega-iglesias en los próximos días, Dios mediante. 

Hoy es el "Día del Padre" y el Pastor Eduardo Kachesky me introdujo a su congregación como "padre de iglesias" y me presentó esta hermosa placa.
Anoche en otra iglesia donde estaba predicando, el pastor me dijo en privado que mi ministerio era"apostólico".  Le rogué que nunca dijera eso en público. Yo no quiero ser llamado "apóstol".  Siento que hoy esos títulos: "apóstol" y "profeta" se usan con demasiada liberalidad.  Yo no necesito títulos, porque no estoy escribiendo Escritura.  La verdad es que no merezco todos los agasajos que me dan aquí.  Las recompensas correctas se distribuirán muy pronto por el Rey Jesús.  En donde los últimos serán primeros y los primeros últimos.  Creo que eso quiere decir, que cuánto más reconocimientos recibamos acá abajo, placas y aplausos, menos recibiremos a los pies de Jesús.  Además, Frances y yo ya hemos recibido tantas placas que expresan amor y agradecimiento, que ya no caben más en las paredes de mi oficina. 


Los niños eran unos tesoros.  Durante el sermón las hermanas encargadas los mantuvieron ocupados en un rincón de la iglesia, "tomando notas" de mi sermón, o haciendo dibujos.






Uno de los muchachitos tomó una pausa para disfrutar de unas galletitas.



Once personas nuevas respondieron al llamado a la salvación.  ¡Es tan maravilloso ver cuando Dios hace Su obra de "rescate" en vidas nuevas.










Luego hice un llamado al altar para personas creyentes que deseaban rendir sus vidas a lo que la voluntad de Dios los llamara en el futuro.

¡Qué priviegio Dios me está dando de ministrar en distintos lugares casi todos los días!  


Rafael.