Justo antes de que saliera de Modesto para regresar a la Argentina hace dos meses y 61 predicaciones atrás, mi nieto de 15 años, Evan, estaba tratando de convencerme que si él podía conseguir el motor de una bordeadora a gasolina... él había encontrado una manera de motorizar a su bicicleta. Evan siempre está cargado de ideas fantásticas, por lo tanto le escuché y le contesté: "Quizá..." Ahorita su papá me mandó un mensaje con un video, aquí va:
"Hace unos tres meses atrás más o menos, Evan me mencionó que quería el motor de una bordeadora (weed-eater) a gasolina, y montarlo en su bicicleta. A mí eso me sonaba como muy difícil. Además no tenemos tantas herramientas apropiadas para eso. Pero él siguió insistiendo, y un sábado fuimos por el vecindario a mirar las ventas que las personas hacen en sus garages o patios, y encontramos un buen motor Homelite de 30cc
a gasolina de una bordeadora por solo $20. Estaba en perfectas condiciones, por lo que me daba pena desarmarla, especialmente siendo que yo tenía mis dudas de posibilidad alguna de éxito en esa dudosa empresa. Pero Evan siguió desarmándola, quitando esto y aquello y montando una caña de acero al eje. Luego tomó unas barras de estantes que tenía en el garage y que yo no había usado. El las cortó,las perforó para montar el motor sobre la rueda trasera de su bicicleta. Lamentablemente no nos fijamos en qué dirección rotaba el motor antes de desarmarlo, por lo tanto lo montó del lado opuesto de la bicicleta, y no podíamos comprender por qué el motor no arrancaba. Por lo tanto, después de unos cuantos intentos, tratamos de hacer que la bicicleta fuera hacia atrás y la levantamos, y por cierto, arrancó lo más bien e hizo que la rueda trasera anduviera para atrás a toda velocidad. No le llevó mucho rato a Evan a modificar la montura del motor y poner el motor en el otro lado. ¡Y SALIO VOLANDO!
Por favor mire el video de 2 1/2 minutos... haga click en http://vimeo.com/54736014 y disfrute. (Posiblemente tenga que copiar y pegar esa dirección en tu internet browser.)
¡Abuelo orgulloso, Rafael!
