Nunca podría haber soñado lo que me esperaba. Llegué a la 13:30 y me puse a hacer mis cosas de rutina: descargar mi acordión, la valija de Felipe y mi Biblia y probar el equipo de sonido. El lugar estaba repleto de niños entusiasmados y obreros del Señor. El Pastor Claudio Primo y esposa me dijeron que antes de ministrar... los niños tenían preparada una sorpresa para mi. Me hicieron sentar en una silla delante de todos. Alguien trajo una palangana con agua.
Dos jóvenes de unos 10 a 12 años se arrodi-llaron a mis pies y me quitaron los zapatos y mis medias. Algunos niños se apresuraron a sentarse a mi alrededor junto a mis pies.
Luego el pastor procedió a relatar una historia a los niños: "En la ciudad de San Nicolas, a muchos kilometros de aquí, un hombre y su esposa con su pequeño amigo, llamado Felipe que vive en una maleta, vino a mi iglesia. Yo era solo un jovencito. Ese día mi vida fue impactada cuando ellos trajeron el gozo de Cristo Jesús y su vida y a los corazones de los niños. Luego este mismo hombre ayudó fundar muchas iglesias en nuestro país."
Padre que estás en los cielos, ¿estás contemplando esto? Yo sé que sí. Jesús, ¿Tú estás llorando también? ¿Había ángeles en ese cuarto en ese momento? ¿Acaso los ángeles lloran de gozo? Sé que dos muchachitos y un anciano jamás olvidarán este momento y lo atesorarán por toda la eternidad.
¡Socorro! ¡El cielo se me viene encima!
Rafael