No
me llevó muchos minutos en cuanto llegué a la Argentina el jueves, a
encontrarme con mi primer desafío. Descubrí que en uno de mis viajes,
probablemente en el Aeropuerto de San Francisco, había perdido mi
licensia de manejar de California.
Desde
el año 2003 mi licensia especial de manejar camiones había expirado, (una
licensia especial para manejar mi camión de 58 pies de largo con su casa
rodante de la 5a. rueda), he estado manejando legalmente con mi licensia de
California. Ahora me hallo que no tengo licensia para manejar y que tenía
que conseguir una inmediatamente para hacer mis visitas ya confirmadas para
predicar. Tenía la intención de viajar mañana las 450 millas a nuestro
semana de Concilio General de las Asambleas de Dios en las montañas de
Córdoba. Ahora tuve que hacer arreglos para viajar en autobus.
Sin
embargo, después del Concilio necesito tener una licensia válida para comenzar
mi ministerio. Por lo tanto me puse en contacto con la agencia del
gobierno que dispensa las licensias, y me informaron que la primera cita
disponible era para noviembre, y que una vez que comienza el proceso, lleva una
semana para poder tener en mano la licensia. ¡Eso no es bueno!
Por
lo tanto se requería un milagro. Necesitaba comenzar el proceso ayer,
viernes, sin tener cita. Varios hermanos de la iglesia aquí me rodearon
en círculo cerrado y pidieron a Dios que provea el milagro necesario para comenzar el proceso y completarlo a tiempo. Poco después
un hermano pastor que se había enterado de mi dilema, me llamó y me informó de
una hermana doctora médica en su iglesia que
antes trabajaba para la agencia central que otorga las licensias, que
ella estaba dispuesta a ayudarme. Ella era justo el "milagro" que yo
necesitaba.
Esta hermana conoce a varias personas del personal de esa
agencia y en medio de un lugar atestada de gente, consiguió que me
atendieran inmediatamente para iniciar el proceso. Este
"Angel Milagroso", se quedó conmigo por dos horas mientras vencía las
diferentes "difultades". Primero vino el examen ocular. Mesorpredió que pude ver sin mis lentes
hasta las letras y números más minúsculos de la tabla. Me chequearon la audición, y otra vez me sorprendí que pude escuchar aún los sonidos más agudos y suaves en ambos
oídos. Mi examen médico consistía de preguntas acerca de mi historia
clínica y las medicamentos que tomo. Finalmente tuve el
examen psicológico que consiste en copiar los dibujos de figuras raras en un papel en blanco, seguido de una entrevista con un sicólogo que le
hacía preguntas prepraradas especialmente para confundirte (o así parecía... ja). Luego
revisaron mi record previo, (que gracias al Señor estaba limpio), luego tomaron
mi fotografía y el jueves que viene tengo que tomar el examen escrito final,
(que confío que lo pasaré), y entonces podré salir con mi licensia en mano.
Aunque
me perderé la última noche del Concilio para tomar el autobus de regreso a
Buenos Aires, pero en fin, me conformo con eso, ya que podré manejar
legalmente otra vez.
Estoy
rodeado de "ángeles". Mi coche está listo para la jornada.
Mi mecánico personal, es decir del coche, ha reconstruido
totalmente la transmisión manual, que estaba dañada por la rotura de
un sellos en razón de los tremendos baches de las rutas. Totalmente
revisó todo y me limpió el coche por dentro y por fuera. ¡Se ve nuevecito
de paquete y anda como coche nuevo! ¡Muchas gracias hermano Hugo, y que
Dios le recompense por arreglar el "carro de fuego" del profeta!
Vea
la foto de Hugo y familia y su admirable historia, haga click en http://ralphhiatt.blogspot.com.ar/2012/02/hugo-hugo-who.html
Rafael
PS.
Voy a reemplazar mi licensia de California en cuanto vuelva en diciembre.
No hay problemas.