Dos semanas atrás, el 14 de diciembre, 2013, el
gobernador de Buenos Aires fue invitado a dar un saludo. Estaba muy
asombrado al ver el estadio de River Plate, el más grande en el país, colmado
hasta capacidad con unos 90,000 jóvenes animados...
sin drogas, sin alcohol para alterar sus sentidos... entusiasmados con Jesucristo que les ha dado VIDA, con una V mayúscula.
Un joven vibrante, llamado Dante Gebel comenzó años atrás a llenar
estadios en la Argentina con reuniones de jóvenes con su predicación
enfocada y directa. Él promueve dedicación total a Dios: abstinencia sexual hasta el matrimonio, pureza, honestidad, un
"rotundo NO" a las drogas y alcohol ... en una sola frase:
¡EL CRISTIANISMO VERDADERO!
Hace pocos años Reverendo Dante Gebel con su amorosa esposa Liliana, se han mudado juntamente con su familia a Anaheim, California, donde han comenzado y sirven como pastores para la "FavorDay Church", una iglesia hispana de miles de hermanos, que ya ha crecido tanto que tiene que reunirse en estadios y centros de convención. (Haga click aquí para ver cuando me invitaron en agosto del 2012 para FavorDay Church: http://ralphhiatt.blogspot.com/2012/08/favorday-church-in-anaheim html.)
Hace dos semanas regresaron a la Argentina para
celebrar el aniversario 20 de sus "SuperClásicos" el 14 de diciembre. Es
la segunda vez que han llenado el estadio de River Platte con adolescentes y
jóvenes.
Dante me pidió que estuviera con él en esta gran reunión en
el estadio. Yo no tenía idea de lo qué él estaba planeando, pero decidí
postponer mi regreso a USA por una semana. Él había planeado de honrar a
varias personas incluyendo su suegra - pastora viuda, su hermano que le trajo a Cristo y varios pastores.
Liliana, su esposa contó de Frances, mi difunta esposa, que en aquél entonces servía de líder nacional de las Misioneritas y que había sido una tremenda bendición para su vida cuando ella era niña. También dijo que fue en un servicio en el cual yo predicaba que ella se consagró al servicio del Señor. Los honores que me otorgaron me abrumaron y solamente deseaba que mi esposa, Frances, hubiera podido estar a mi lado.
Liliana, su esposa contó de Frances, mi difunta esposa, que en aquél entonces servía de líder nacional de las Misioneritas y que había sido una tremenda bendición para su vida cuando ella era niña. También dijo que fue en un servicio en el cual yo predicaba que ella se consagró al servicio del Señor. Los honores que me otorgaron me abrumaron y solamente deseaba que mi esposa, Frances, hubiera podido estar a mi lado.
Luego Dante predicó un poderoso mensaje sobre lo qué significa tomar la cruz y seguir a Cristo. Mencionó la Escritura que ya tengo escrita en la lápida de mi tumba, Juan 12:24 "De cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere lleva mucho fruto." Él desafió a los jóvenes fue de un sacrificio total de dedicación a Dios y a su servicio. Era emocionante ver la reacción de tantos jóvenes al buscar al Señor con todo su corazón. Estos miles en el campo de juego no tenían asientos. No había lugar para sillas. Estuvieron parados en el campo de juego, amontonados, ¡por más de cuatro horas!
Esto fue el sábado por la noche del 14 de diciembre.
Para el domingo 15 diciembre Hermano Francisco Magallanes, pastor de una iglesia ubicada en un barrio de Manuel Alberti me había invitado para predicar.
Acostumbro llegar temprano para acomodar mi equipo para la
guitarra hawaiana, chequear el equipo de sonido, etc. A medida que la gente viene llegando tengo el hábito de
arrimarme y saludar a las personas que llegan. Una hermana me presentó a una pareja de mediana edad. Eran
vecinos y aparentemente nunca habían asistido a una iglesia evangélica, y me imagino que posiblemente habían llegado para ver a un ventrílocuo. Siempre dejo que Felipe haga de las suyas primero antes de
predicar.
En esta foto la congre-gación estaba orando conmigo antes de mi mensaje. Dondequiera que hayan "Castilleros del Rey" (Jóvenes adolescentes que son evangelistas por los parques y las calles de la ciudad, con las camisetas rojas), ellos siempre llenan las primeras filas. ¡Esto anima la predicación!
Se siente una tan gran libertad al predicar cuando la congre-gación práctica-mente devora cada palabra que usted dice y la aplica a sus vidas.
Cuando ya estaba concluyendo mi mensaje, pude notar que las
lágrimas estaban rodando por las mejillas de muchos en la congregación,
incluyendo la pareja que yo había saludado antes. No apunté a ellos.
Solamente invité a todos para encontrar un lugar para
arrodillarse y orar para encontrarse con Dios. El área del altar estaba
llena de personas de rodillas.
Cuando busqué esta pareja, se me cayó el corazón.
No los podía ver y pensaba que se habían ido. Luego pude divisar sus cabezas. Estaban de
rodillas, frente a sus asientos. Hice mi camino por medio de la multitud
y me arrodillé junto a ellos. Ambos estaban sollozando, derramando sus
corazones delante de Dios. No necesitaban que nadie les urgiera.
Estaban listos cuando me ofrecí a orar con ellos para asegurar su eterna salvación.
Esta fue mi última oportunidad de ministerio antes de salir de la
Argentina, el lunes, 16 de diciembre.
¡Es cierto, fue una enorme bendición de poder hablar
brevemente a 90,000 jóvenes, pero había algo precioso tener el privilegio de
arrodillarme junto a esta contrita pareja y llevarlos a la eterna salvación,
eso fue el broche de oro de mi experiencia! Nuevamente estaba lleno de
gozo cuando abordé mi vuelo con United 818, vía Houston, rumbo a San Francisco.
Y sí, lo adivinaste! ¡Dejé mi corazón en la Argentina!
Rafael