Los jueves por la tardecita, el equipo de la calle H, bajo
el dedicado liderato de Tony Gianosa, comienza a preparar un banquete de comida
caliente para hombres y mujeres, algunos de los cuales duermen en la calle, gente hambrienta. El espacio
se limita a 50 personas. El banquete gratis viene completo con ensalada,
un plato caliente y postres exquisitos.
Foto: Tony con su esposa Gloria son los padres de tres
niñas.
El jueves pasado me tocaba presentar el devocional. Era mi
última oportunidad de ministrar públicamente antes de volar de regreso a la
Argentina en esta semana.
Las mesas estaban puestas con mantelitos decorados con
versículos bíblicos. Exactamente a las 18 horas (hora de cenar en USA) los cocineros
anunciaron: "Todo está listo." Tony convocó a los cocineros,
los mozos que servían, los consejeros y al equipo de
adoración. Todos hicimos un círculo y unimos nuestras manos mientras Tony nos
dirigía en oración. Dios estaba esperandoles en el salón cuando se abrieron las puertas
para invitar a que entrara esa fila de hambrientos.
Ellos ocuparon sus asientos a las mesas. Pero antes de
servir el "banquete", dos hermanas nos deleitaron con unos himnos
evangélicos.
Luego Tony invitó a cualquiera que hubiera memorizado "el versículo bíblico del mes" que viniera al frente a decirlo.
Solo un humilde hombre valiente de edad aceptó el desafío. Su obvio acento nos avisó que el inglés no era su idioma natal. Con mucha dificultad hizo un noble intento. Saltó algunas palabras pero con todo
presentó el mensaje completo del versículo. Le dieron un aplauso y de premio un cupón para compra algo en la "Tienda del Dólar".
Yo saqué a Perfume y a Felipe de su valija y seguí con un
testimonio de la primera vez que volé en avión, que me sirvió de parábola
acerca de mi Jesús y su maravilloso evangelio que nos eleva a nuevas alturas. Dí una invitación y oré por los que respondieron.
Si usted nunca pasó hambre, quizás no le llamaría una cena de
espaguetti y pollo como un banquete, pero pude observar como la comida
desapareció con suma rapidez.
Después de la cena pude observar que un anciano no se
levantó de su asiento. Pensé haber visto lágrimas en sus ojos, y me
acerqué a él y le dí un abrazo y oré con él.
No quedaban dudas. Dios estaba presente en "Su sala de banquete". Y los huéspedes sentados en las mesas eran los de "los caminos y vallados" justo aquellos de los cuales nuestro "Rey" nos instruyó que
invitáramos a nuestras fiestas. (Lucas 14:23)
Luego este domingo, los acorralé a Tony y Gloria después
del culto y les pedí una entrevista. Descubrí que él trabaja tiempo completo. Su empresa organiza fletes de camiónes que distribuyen entregas de mercaderías a una variedad de negocios. Sin embargo, ahora por 7 años ha pasado fielmente muchas horas
adicionales todas las semanas... operando el ministerio de la calle H. Comenzó en extenderse a los necesitados en esta área aún antes de que se
compró el edificio de la calle H por nuestra iglesia "Neighborhood Church" (Iglesia del Vecindario) y antes que se hiciera
el remodelamiento del mismo.
Me informó que todos los martes por la noche un equipo se reune y preparan unas 100 bolsas grandes de comestibles para repartir a familias indigentes. Al amanecer el miércoles las gentes comienzan a formar cola porque saben que hay un número limitado de bolsas.
Ahora cuenta con unos 25 voluntarios fieles. Algunos de ellos son
hombres y mujeres que en el pasado participaban en las colas de espera. Este no es solamente un programa de reparto de comestibles. Se
registra a cada visitante y se les demuestra interés personal. Se les da
buena consejería y se ora con cada uno individualmente.
¡Algunos ahora se sientan del
otro lado de la mesa! Han sido salvos y han sido preparados en clases
especiales. Hoy ellos escuchan historias semejantes a las suyas, historias de
vidas quebrantadas. Y ahora ellos ofrecen consejería y oran con los necesitados.
Tony me relató la historia de como se convertió un ateo, miembro de una pandilla, muchacho que convivia con su novia. Ahora ambos son salvos, están legalmente casados y asisten a una iglesia en Reno, Nevada. ¡A Dios sea la gloria!
"La cena caliente de los jueves es una idea relativamente nueva" me dijo Tony. "Estaba buscando una manera de crear un ambiente de
iglesia, completo con cantos y un devocional, en el cual pudieran
oir testimonios y un mensaje de la Palabra de Dios." ¡Y funcionó!
Aparte de esto, por la mañana del primer sábado de cada mes hay un programa
preparado especialmente para los niños. (Vea más abajo mi blog del 2 de marzo, 2014
titulado "Tu Eres la Obra Maestra de Dios).
Le pregunté a Tony: "¿Qué es lo que te motivó
a hacer todo esto? ¿Y, por qué lo sigues haciendo fielmente semana tras semana? Y me
contestó: "Me sucedió cuando visité un ministerio a los indigentes
en San Francisco. Me acordé de las palabras de Jesús: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis. Y
desde ese día cuando miro las caras de estas personas, en vez de ver una barba sucia, un rostro
desaliñado, marcado con las huellas del pecado... veo el rostro de Dios!"
Rafael.
"Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te sustentamos, o sediento, y te dimos de beber? ¿Y cuándo te vimos forastero, y te recogimos, o desnudo, y te cubrimos? ¿O cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y vinimos a ti? Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis." Mateo 25:37-40