Monday, December 1, 2014

Cada Día con Cristo

November 8, 2014  
Por cierto que esta vida es divertido.  No puedo llamarlo "trabajo".  Cuando una persona llega a cierta edad se espera que abandone sus herramientas y salga a pescar.  Si le gusta cazar venados se pasa la época de la caza caminando por los bosques y de noche se sienta junto al fogón.  Otro prefiere trabajar en el jardín, y eso es lo que  hace.  O si le agrada sentarse en su mecedora y contemplar la puesta de sol, lo hace.  A esto le llaman "retirarse".  Y si le gustaba hacer lo que hacía en su trabajo, entonces sigue haciéndolo mientras las fuerzas le acompañan.  Pero en verdad les puedo decir que "este viejito" está tan "retirado" como cualquier otro que se sienta en su veranda y mece en la mecedora... pero yo tengo bendiciones añadidas.  Tengo el gozo de tocar muchas vida.  Tengo el privilegio de predicar una vez por lo menos cada día de la semana.  Cuando era niño solíamos cantar: "Cada día con Cristo, más dulce es que el anterior, cada día con Cristo, le amo más y más...".  Es una verdad en serio!
  
Déjenme contarles lo que sucedió el sábado 25 de octubre.  Un hermoso jovencito adolescente me esperó pacientemente por una hora más o menos, mientras yo oré por casi todos en la iglesia… y luego toda la rutina de abrazos y docenas de fotos con jóvenes y preciosas ancianitas.  (Hoy día todos llevan un celular que saca fotos.)  No noté a este joven hasta ese momento.  Quizá ni siquiera había estado en el culto.  Pero cuando ya nadie requería mi atención, se me acercó y quietamente me dijo estas trágicas palabras: "Yo soy un drogadicto".  Le pregunté por su nombre y su edad.  Emanuel tiene 15 años.  Me dijo que era adicto al cigarrillo, la marihuana y varias clases de píldoras que los jóvenes usan aquí.  Le pregunté si había rendido su vida a Cristo, y me dijo: "No".  Le pregunté si quería hacerlo ahora, a lo que contestó: "Sí".  Oramos juntos y nos abrazamos.  Sentí como que él era como mi propio hijo, parte de mi familia, que había estado tremendamente perdido y rodeado de feroces leones que quieren devorarlo.  Nuestro Desafía Juvenil, que ayuda a los jóvenes escapar la adicción está a unos 1,200 km de aquí.  Él quiere salirse de la adicción.  ¿Se me unirá usted para orar por Emanuel?  Él me dio permiso a publicar su foto con ganas.  Gracias a Dios él tiene un muy buen pastor que se preocupa mucho por sus ovejas en este humilde barrio: el pastor Emilio Carrizo.  

Domingo, 26 de octubre.  Un niño de 8 años me llevó aparte y me dijo que necesitaba hablar en privado conmigo.  Le llevé a un lado privado de la plataforma.  Me dijo que su papá se había separado de su mamá hace unos meses atrás.  Su desesperado corazoncito se quebrantó en mis brazos, y copiosas lágrimas salieron de sus ojitos.   Mientras ambos estábamos llorando, sentí algo.  Era los pequeños brazos de su hermanito que se metió entre nosotros dos y me tenía abrazado en el cinturón.  Él se unió a nosotros en desesperado llanto.  ¿Qué podía hacer?  ¿Qué decir?  Ambos tenían una sola petición:  "Ore que mi papá regrese a casa".   "Oh, Señor, rompe todas las reglas y aplica tu amor, misericordia y gracia, para que este hombre se salga de una pecaminosa vida y entable una relación contigo y vuelva a los brazos de dos niños aterrados!

Domingo, 26 de octubre.  Una jovencita se me acercó y me abrazó muy fuerte, sollozando.  Me dijo algo que no pude entender completamente.  Creo que estaba expresando amor por mí.  Le di un abrazo y oré por ella.  Una amiga se nos acercó y se juntó con nosotros en un amoroso abrazo de oración.  Después querían una foto de las dos.  Luego vino otra joven, quizás un poco mayor.  Puso su mano sobre me y oró pidiendo que Dios me diera fortaleza, protección y bendiciones.  Pude sentir el flujo de Sus bendiciones, fortaleciendo mi cansado exhausto cuerpo.  

Octubre 27.  He ministrado siete veces en estos últimos cuatro días, incluyendo servicios para niños que demandan más que los servicios para adultos.  

Hoy lunes, tuve dos servicios, uno después del otro.  Uno para los niños a las 19 horas y luego un servicio con unos 20 líderes de la iglesia del Pastor Emilio Carrizo.  Luego resucité el viejo corito: "Enciéndeme con brasas de tu altar.  Enséñame a amarte más y más.  Atráeme, Señor Jesús a Tí.  Enséñame a conocerte a Tí".  Mi texto era: "¿No ardía nuestro corazón en nosotros, mientras nos hablaba en el camino, y cuando nos abría las Escrituras?"  Lucas 24:32.  Necesitamos corazones ardientes.  ¡Enciéndenos Señor!  

Martes 28 de octubre.  Ministré en una iglesita nueva de solo un año.  Los pastores José y Betty Martínez.  Me sorprendí cuando vi de vuelta a Emanuel.  Su iglesia está lejos de aquí.  Su pastor, Emilio Carrizo lo trajo en su motocicleta porque me quería ver.  Me dijo que me quería ver porque acababa de cumplir tres días de nueva vida en Cristo sin cigarrillos ni drogas.  Siento que Dios ha puesto su mano sobre Él.  ¡Quién sabe cómo Dios lo usará!

Estaba comenzando mi mensaje a las 22 horas, cuando se cortó toda la electricidad en ese barrio.  Fuimos sumergidos en total oscuridad.  Afortunadamente ya estaba usando mi pequeño equipo de sonido a pilas para el micrófono y seguí predicando sin interrupciones.  Varias personas usaron sus teléfonos celulares para iluminar algo el lugar.  ¡Qué hermanos tan amorosos!  Y cómo Dios nos bendijo!

El jueves 30 tuve que apurarme porque tenía unas actividades a unos 60 km de aquí… y un buen tramo es por camino de ripio.  Era un pequeño pueblo llamado Chuscha al pie de las montañas.  Allí en la escuela público ellos estaban celebrando "El Día de la Familia" con un excelente programa de participación de cada grado.  Dramas, canciones, excelentes!  Comí la merienda con los padres, maestros y alumnos, unas 300 en total.  Luego me dieron completa libertad para presentar a Jesús con mi Felipe.  Además les prediqué un breve mensaje y les ayudé a todos a memorizar mi texto bíblico (Juan 8:12) en pocos momentos.  Unos chicos luego pasaron y solitos lo decían de memoria al aplauso de todos. 

Fotos tomadas en la escuela.  

Esta misma noche estuve ministrando en la Iglesia de La Unión de las Asambleas de Dios allí con Pastor Omar Rufinato junto a su esposa y hermosa familia.  Eran ellos que habían preparado todo el arreglo con la escuela pública.  Otro caso de pastores bien conectados con la comunidad local.

¡Hablando de oportunidades de compartir el Evangelio!  ¡Maravilloso!  El cielo tendrá que ser maravilloso para ser mejor que ésto! J

Rafael.