Hoy comparto mi alma para
compartir con ustedes mi diario personal:
Jueves 1-15-15 (Modesto)
Lectura de hoy: Gén.
37-39 Salmo 7 Lucas 15
Escritura: Génesis 38:24-25 "Y sucedió como
a los tres meses, informaron a Judá diciendo: Tu nuera Tamar ha fornicado, y he
aquí ha quedado encinta a causa de las fornicaciones . Entonces Judá dijo:
Sacadla y que sea quemada. Y sucedió que cuando la sacaban, ella
envió a decir a su suegro: del hombre a quien pertenecen estas cosas estoy
encinta. Y añadió: Te ruego que examines y veas de quién es este sello,
este cordón y este báculo."
Obsevación: A Tamar se le había prometido casamiento con el hijo
de Judá, Sela, pero más tarde Judá retiró su promesa, dejándola aparentemente
avergonzada e incapaz de poder casarse con otro hombre de acuerdo a las
costumbres de su tiempo y su cultura. Por lo tanto ella fragua un plan.
Se viste como una prostituta con un velo y se sienta a las puertas
de la pequeña ciudad por la que su ex-suegro va a pasar. Judá cae en la
trampa y tiene relaciones con ella. Ella consigue exitosamente ocultar su
identidad e insiste que Judá le deje sus identificaciones personales: su anillo
de sello, su cordón y su báculo que tenía en su mano, hasta que le envíe el
cabrito que le había prometido. Luego Judá envía a sus siervos con el
cabrito prometido en pago, para recuperar su sello, su cordón y su báculo, pero
todos los vecinos le dicen que esa ciudad no tenía ninguna prostituta.
Entonces Judá dice: "Muy bien, quienquiera que ella sea que se
quede con mi sello, mi cordón y mi báculo. ¿Qué me importa?"
Tres meses más tarde le llega
la noticia a Judá que la chica Tamar que una vez le prometió a su hijo, pero
que luego la defraudó, ya estaba embarazada por haberse prostituido. Judá
exclama: "Sacadla y sea quemada por este acto vil." Mientras
ellos la llevaban para ser quemada, ella muestra las prendas: el sello, el
cordón y el báculo, diciendo que el dueño de esas prendas era el hombre del
cual estaba encinta. De pronto se descubre que Judá cayó en la trampa: él
era tan culpable como ella!
Aplicación: ¿Hay
alguien que necesita un plot para una película? Hay cantidad de ellos en
el primer libro de la Biblia. ¡Oh, cuán listos estamos para ver la culpa
y el pecado en otras personas, y cuán ciegos a ver nuestras propias
ofensas. En pocas palabras Jesús fue al corazón del tema en Juan 8:7: "El
que de vosotros esté sin pecado, sea el primero en tirarle una piedra."
Oración: Señor, ¿Por qué estoy tan dispuesto a juzgar cuando
veo a otros ministros del evangelio atrapados en pecados sexuales o en fraudes
monetarios y que dejan una sangrienta mancha sobre el evangelio de Jesucristo?
¿Acaso soy yo tan perfecto como para ser juez? ¿Acaso soy yo, al
igual que Judá, muy dispuesto a mandar a otros a la hoguera? Si Tú,
Señor, abrieras mi cerebro delante de todo el mundo y harías ver cada
pensamiento sucio y cada obra inicua, no me desplomaría y escondería
avergonzado? ¡Oh, cuánto te agradezco, Señor, por Tu poder purificador y
Tus preciosas promesas! Tú dices: "Venid ahora y razonemos -
dice el Señor- aunque vuestros pecados sean como la grana, como la
nieve serán emblanquecidos: aunque sean rojos como el carmesí, como blanca lana
quedarán. " (Isaías 1:18) Por medio de Tu siervo Juan, Tú
dices: "Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a
nosotros mismos y la verdad no está en nosotros . Si confesamos nuestros
pecados, ÉL el fiel y justo para perdonar los pecados y para limpiarnos de toda
maldad. Si decimos que no hemos pecado, le hacemos a ÉL mentiroso y Su
Palabra no está en nosotros" (1.Juan 1:8-10). Yo te alabo,
mi Salvador. Me he confesado a Tí solamente, y Tú me has perdonado.
Me has limpiado. Has cubierto todo con Tu sangre, Tu preciosa
sangre. Hoy clamo por Tu sangre sobre todos mis pensamientos y acciones.
¡Guárdame bajo la sangre! ¡Protégeme! Y que nunca traiga
vergüenza sobre Tu Santo Nombre con malos pensamientos o acciones. Yo
confieso, soy solamente un pecador salvo por gracia. Amén.
Mas el
publicano, estando lejos, no quería ni aun alzar los ojos al cielo, sino que se
golpeaba el pecho, diciendo: Dios, sé propicio a mí, pecador. 14 Os digo que
éste descendió a su casa justificado antes que el otro. Lucas 18:13-14
Rafael.